La proliferación de la enseñanza online desde el inicio de la pandemia ha permitido que muchos estudiantes puedan seguir adquiriendo los conocimientos contenidos en sus planes de estudio. No obstante, lejos de verlo como una solución provisional, aprender en entornos digitales es beneficioso en diversos sentidos. Pero, ¿qué posibilidades nos ofrece la tecnología contemporánea al respecto? A continuación, repasamos las iniciativas más destacadas, así como las ventajas asociadas a cada una.
Realidad aumentada y realidad virtual como herramientas para la enseñanza
El aprendizaje inmersivo, lejos de limitarse a leer las lecciones y atender a las explicaciones del profesor, proporciona a los alumnos una experiencia virtual que, dotada de elevadas dosis de realismo, puede aplicarse a diferentes ámbitos académicos. Desde la recreación de acontecimientos históricos al visionado de obras de arte, pasando por otros campos como el de la salud o la Astronomía.
Las herramientas más empleadas dentro de esta modalidad educativa son la realidad aumentada, que consiste en introducir elementos virtuales en un escenario real, y la realidad virtual, caracterizada por la creación de universos artificiales a los que se accede gracias a unas gafas u otros dispositivos parecidos.
En los dos casos, como destacan desde UNIR, existe un enorme potencial para la enseñanza. Y es que no solo permiten captar el interés de los estudiantes en mayor medida, sino que contribuyen a optimizar el aprendizaje y la participación de los mismos en clase. Complementadas con otros recursos tradicionales como los libros de texto, ambas alternativas pueden ponerse en práctica en cualquier asignatura con el único requisito de poseer un dispositivo electrónico portátil.
Applaydu, la nueva app de Kinder
Un buen ejemplo de estas innovadoras propuestas lo protagoniza Applaydu, la nueva aplicación lanzada por Kinder con la colaboración de Gameloft for brands, expertos en el terreno del gaming, y del Departamento de Educación de la Universidad de Oxford. Esta novedosa app da vida digital a los juguetes físicos de Kinder Sorpresa. Dirigida a niños de 4 a 9 años, ofrece un entorno seguro en el que pueden sumergirse en cuentos interactivos, realizar actividades, participar en mini-juegos. En definitiva, aumentar sus conocimientos y desarrollar distintas capacidades cognitivas en diferentes áreas: matemáticas, lectoescritura o memoria, a la vez que se divierten.
Esta herramienta se estrena con una colección muy especial: Natoons, animales de África, que ofrecerá a los niños la oportunidad de aprender más sobre la fauna salvaje del continente.
Si algo distingue a esta opción de otras muchas, es que se encuentra totalmente libre de anuncios publicitarios y no contiene ningún sistema de pagos. Es más, los propios creadores animan a que los padres nos involucremos en su uso, tanto acompañando a nuestros hijos durante la experiencia como ajustando la dificultad de los retos o consultando informes sobre su evolución en la realización de los mismos.
Aprender en entornos digitales con la ayuda de portales web interactivos
Otra posibilidad para aprender en entornos digitales es la disponible en alguno de los múltiples portales webs interactivos. Además de ayudar a preparar materias tan diversas como la Historia, las Matemáticas, los idiomas, la Lengua o la Geografía, entre otras, suelen contar con áreas de actividades y de juegos que amenizan el proceso mientras se adquieren nuevos conocimientos.
Videojuegos didácticos, otro útil complemento de la enseñanza
De la misma manera que existen videojuegos con contenidos violentos o, cuanto menos, poco recomendables para los niños, hay otros muchos de carácter didáctico. Algunos de ellos, aun con temáticas aparentemente ajenas al terreno académico, exigen la realización de acciones que, de una forma u otra, fomentan el desarrollo infantil. Así pues, podemos encontrar títulos de estrategia con los que conocer mejor el mundo contemporáneo u otras civilizaciones y épocas históricas, otros orientados al perfeccionamiento de destrezas matemáticas o alternativas más enfocadas a potenciar el pensamiento lógico.
A pesar de las ventajas mencionadas, no debemos olvidarnos de controlar las horas de exposición infantil a las pantallas. Según un estudio de varias universidades australianas, quienes pasan más de 21 horas semanales jugando a la consola tienen más probabilidades de desarrollar cuadros de ansiedad y depresión a largo plazo. Una amenaza que se cierne sobre una parte considerable de nuestra población, tal y como refleja una consulta reciente de Pantallas Amigas en Twitter, que concluyó con casi un 45 % de los padres admitiendo que sus hijos usaban esta alternativa de ocio más de 5 horas al día.
*Basado en el artículo de El Mundo